13.9.16

Más sobre mi lado izquierdo (Yellowish II)


Hace unos años escribí un par de posts en alusión a una cirugía que me realizaron al lado derecho del cuerpo (My left side y Yellowish). Realmente fue algo extraordinario porque mi lado izquierdo siempre es en el que predominan las dolencias y demás... 
Ahora, durante el segundo mes de Shuyoka no hubo excepción y algo que se veía muy tonto pasó a ser mayor al punto de realizarme una pequeña cirugía.
De todas las vivencias hay mucho por aprender, pero esta ha incluido innumerables aprendizajes para mi.

Comencemos con la historia:

A comienzos del mes pasado (segundo mes de Shuyoka) y después de salir una noche del ofuro, estaba como siempre, secándome los pies antes de ponerme medias para dormir. -Entre muchas cosas siempre me he sentido orgullosa de tener unos pies lindos así que los cuido mucho-. Casualmente, mientras hablaba con mi roommate, halé un pedacito de piel de mi dedo pulgar izquierdo, pero para no hacerme daño, lo corté...


Hasta acá es una historia normal. ¿cierto? Sin embargo, nunca imaginé que a los días siguientes, esa acción iba a llevarme a andar coja durante más de tres semanas. Realmente se formó una herida espantosa que al parecer se infectó al haber entrado al ofuro al día siguiente.
Me hice curaciones caseras -que no funcionaron-, estuve descansando un poco cada día, pero cada vez empeoraba más y más, así que le pedí a mi Sensei que me llevara al médico.
Por primera vez estando en Japón fui al médico sin intérprete y gracias a Dios todo salió bien.

El médico dijo que sólo era una infección, me envió antibióticos, analgésicos, cremitas para hacer curación y listo. Al cabo de dos semanas ya se puso súper bien mi pie y el dolor había desaparecido en un 95%.

Sin embargo, dos días después, el dolor reapareció mucho más fuerte que antes, realmente no era capaz de caminar bien, no podía apoyar el pie y se me notaba en la cara que no estaba bien del todo.

Entonces vino mi estiramiento... El Sensei me ordenó que debía ir en silla de ruedas al colegio. Yo sólo había utilizado silla de ruedas en un par de ocasiones durante máximo 5 minutos... Así que esa noche pedí y pedí a Dios que amaneciera bien para no tener que usar eso... Pero una cosa es lo que uno le pide a Dios y otra es lo que Dios tiene planeado para uno, así que al otro día, por más que me esforzara, de cuenta de un dedito, no podía caminar. Entonces en contra de mi voluntad, terminé yendo en silla de ruedas al colegio (les recuerdo que durante Shuyoka está prohibido utilizar bicicleta u otro medio de transporte. Se debe ir caminando todo el tiempo).

Pensé tantísimas cosas en ese momento! Por un rato me sentí frustrada, es sólo un dedo -pensaba- luego me sentí incómoda, mis compañeros de Shuyoka debían llevarme y traerme al tsumesho porque yo sola no hubiese podido manejar la silla, toda la gente se me arrimaba a preguntarme qué era eso tan grave que estaba sufriendo para ir en silla de ruedas, así que me hacía sentir mal el pensar que sólo por un dedo yo iba ahí sentada... Esa misma tarde, de regreso al tsumesho, cuando me iba a poner el zapato, no me entraba... El pie se hinchó y ahí me asusté pero también me enojé un poco... Por qué si me estaba "cuidando " de no caminar, se hinchaba el pie?
En fin, pedí ir al hospital de nuevo y allí el médico dijo que debía operarme. Yo no lo podía creer! Por fortuna, una cirugía ambulatoria e indolora gracias a la anestesia... Así que tuve que usar la silla de ruedas otros tres días más.


La amabilidad de las personas, el cuidado de la gente, la atención por parte de amigos y conocidos fue increíble... Y mientras esto sucedía, yo comprendía varias cosas...



  • En Tenrikyo se habla que el cuerpo es un préstamo de Dios y que sólo el corazón nos pertenece -como dije en el post anterior-. Sin embargo, nada como aprender por si mismo para comprender. Si, era tan sólo un dedo, pero un dedo que por más que me esforzara no iba a dejar de doler porque yo quisiera. Así como mientras duermo no soy consiente de cuántas palpitaciones por minuto tiene mi corazón, ni debo preocuparme por respirar eficientemente, así mismo sistemas autónomo, simpático y parasimpático no me pertenecen. Si, puedo mover algunas partes del cuerpo a mi antojo, pero en caso de enfermedad, no hay nada que pueda hacer.
  • Para ajustar, también me dio gripa y la gripa no me dejó levantar del desaliento. Aunque el resto de mi cuerpo esté sano, algo que falle impide llevar una vida tranquila y feliz.
  • En Tenrikyo a esos episodios se les llama "tebiki" o un llamado de atención de parte de Dios (Orientación divina). Los humanos somos olvidadizos y olvidamos agradecer diariamente tantos dones que recibimos. Estar esos días en cama me permitió descansar un poco el pie lo que me permitió ver qué soy muy terca, así que por primera vez en mi vida, agradecí el tener gripa. Estar en la silla de ruedas me permitió sentir mayor agradecimiento.
  • En el colegio (TLI), aprendimos a manejar las sillas de ruedas para llevar a los pacientes de un hospital en Nara donde hicimos hinokishin antes de ingresar a Shuyoka... Gracias a esto, mis compañeros del colegio también pudieron llevarme con seguridad durante las clases y cuando íbamos a almorzar. Me permitió agradecer el hecho de saber que sólo eran unos cuantos días usando la silla mientras que hay miles de personas que están destinados a usar silla de ruedas todo el tiempo incluso desde que nacen.
  • Me permitió evidenciar que el camino por el que voy caminando todos los días, realmente está muy deteriorado para las sillas de ruedas y que si el paciente que va allí tuviese un dolor interno, con seguridad se intensificará. Me permitió ver cosas en el camino a una altura diferente, así que por primera vez me percaté de ciertas flores, materas, adornos, tapetes y demás cosas... Pero también por primera vez puede disfrutar el ser llevada hacia el colegio sin caminar y poder disfrutar del sol del verano cayendo sobre mi. También pude brindarle risas a mis amigos que me hacían maldades mientras me llevaban hacia alguna parte.
  • En Tenrikyo hablamos también de las Providencias Divinas y se trata de dones que recibimos diariamente y de los cuales no somos muy conscientes... Hay una Providencia llamada "Kunisazuchi no mikoto" que es la Providencia divina del órgano femenino, la piel del cuerpo y la Unión en el mundo. Yo pensaba en esta providencia pues como dije en el post del "left-side" el lado izquierdo es el que hace alusión a lo femenino, pero en este caso también lo que estaba mal era la piel del dedito. Sin embargo, cuando mi Sensei dijo que mis compañeros debían llevarme y traerme en la silla de ruedas, pensaba que era una tontería porque era más fácil si él me llevaba y traía en un carro en vez de ponerlos a todos a hacer fuerza subiéndome por la loma para llegar al tsumesho... Pero entonces también aprendí que debíamos estar unidos, que en un grupo, el problema de uno, es el asunto de todos y que compartir en momentos difíciles también es felicidad.
  • Mi Sensei de ese mes decía que es difícil creerme cuando me duele algo porque siempre voy sonriendo y estoy muy animada... entonces descubrí que la gente espera que si alguien está enfermo de algo debe ir con cara arrugada y triste. De hecho, antes de la cirugía una vez un señor no me creyó que no podía caminar bien, sólo porque no estaba llorando o haciendo cara de dolor y me puso un hinokishin en que debía caminar durante dos horas... Realmente el dedo, el pie, la rodilla y hasta la cadera me dolían pues no podía apoyar bien el pie al caminar, pero en general yo estaba bien, estaba feliz como siempre de estar viviendo todo lo que puedo vivir acá. Pero también entendí que somos humanos y los humanos creamos patrones de comportamiento y yo no estaba encajando en él. Incluso cuando ya acepté la silla de ruedas, yo también iba feliz y sonriente así que algunos pensaban que sólo era una broma de mi parte... La gente no tiene que saber que aprender y comprender da felicidad.
  • Por último, lo que más aprendí y que más me costó fue entender que aunque creo en Dios, yo no estaba  confiando en que todo lo que ocurre y como ocurre es perfecto. Yo soy muy controladora y perfeccionista y muchas veces pienso de más. Mi cabeza hace planes y los deshace, pero en realidad si confío en que todo saldrá bien, no habrá manera de equivocarme. Cuando comprendí que no debo pensar de más sino que debo dejar fluir... Ese día pude volver a caminar sin dolor y dejar la silla de ruedas.

Durante este tercer mes de Shuyoka las cosas van diferente, la intensidad del hinokishin, clases, e incluso del calor (estamos en tránsito de verano a otoño) han permitido asentar aprendizajes. Ya falta poco. Es momento de elegir para tomar acción. Pero lo más importante será siempre CONFIAR.

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Gracias nuevamente por tomarte el tiempo para leer. Ya falta poco para regresar a las redes y conversar. Por ahora, seguiré disfrutando de todo lo que me llega diariamente, del estudio, del compartir con japoneses de la vida real, de apaciguar mis propios pensamientos y descansar.
Este es tiempo de evolución y cambio. Acá estoy, disfrutando de la muda de exuvia aunque duela un poco.


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Por último, les dejo unas cuantas fotos amarillistas de la cirugía. Mi sensei me hizo el favor de tomarlas durante el proceso. No es nada del otro mundo! :D no creo que traumaticen a nadie jejeje








2 comentarios:

  1. Obvioo que yo me iba a traumatizar, Liiber, como va a ser!! Todos los post me impactan obvio, me preguntaba por ti con mucha frecuencia, hasta que al fin le pregunté a tu mamá que pasaba y me contó del curso! Que suerte que estás de vuelta, te extrañé! :)

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  2. Liber... qué dolor! Todo lo que le sucede a nuestros pies afecta nuestro cuerpo. Es increíble la sensibilidad que manejamos en los pies y que conecta con todo nuestro cuerpo. En algún momento viví algo parecido y la cirugía la hicieron en mis dos dedos de cada pie. Fue intenso y de mucha enseñanza!
    Qué lindo cómo nos compartes todo y nos dejas verte de formas tan diferentes!
    Encantada con tus post. Un abrazo gigante.

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