28.9.16

Elegir (Del nudo sale el brote)


Durante estos tres meses he aprendido muchísimas cosas, pero quizá lo que más he logrado es verme a mí misma. Ayer se me ocurrió leer todos los posts anteriores a mi llegada a Japón y pude descubrir que definitivamente una cosa va ligada a otra y que como decía mi entrenador del "Descubrir" (Básico), la vida es como un electrocardiograma. Tiene subidas y bajadas. Al igual que los movimientos del corazón, si la vida fuese plana, estaríamos muertos. No tendría nada de divertido venir al mundo a respirar en automático.

Hace un momento mi Sensei de este mes me decía, "No olvides todo lo que has vivido en Shuyoka, todo lo que te has esforzado, cada madrugada, cada vez que hiciste hinokishin con el calor del verano. No lo olvides, que cuando estés en otra etapa de la vida, ésta experiencia te va a apoyar"...
Y yo pensaba... ¡Wow! ¿Cuántas cosas vendrán por delante?

Este blog comenzó hace muchos años cuando mi vida giraba sólo en torno a la biología molecular y los mosquitos, pero se llama "Libercotidianidad" porque comencé a escribir las cosas más simples que me iban ocurriendo y que yo las veía como algo grandioso. En esa época no tenía ni idea que existían entrenamientos de liderazgo, ni transformación y mucho menos Tenrikyo. Pero una cosa lleva a la otra y acá estoy. Encontrándole respuestas a preguntas de hace muchos, muchos años, conociendo el significado de emociones vividas y que no sabía...

En Tenrikyo, ver el mundo con ojos de alegría en todo momento se llama "Tanno". Se trata de poder disfrutar de cada pequeña cosa que se nos presenta, incluso en esos momentos de bajada en que es muy difícil sentir alegría y satisfacción.
En el Tanno está el secreto de la felicidad plena, en sentirse agradecido y además servir a otros.

Durante estos tres meses elegí alejarme de las redes sociales, así que por primera vez en mucho tiempo el tiempo fue para mí. Sin embargo, mi deseo de apoyar a otros me hacía comunicarme de vez en cuando con las personas más cercanas, pero hubo un punto en que definitivamente debía enfocarme en mí misma. (Acá cabe agradecer a todos los que comprendieron mi ausencia y silencio repentinos).

"Del nudo sale el brote". Quienes hayan visto crecer una planta entenderán que las plantas van creciendo y hay un punto en que parece que no está pasando nada, pero de repente, de ese punto redondito, sale ya sea una flor, un fruto o una nueva rama, según el caso. Así mismo ocurre con la vida. Hay momentos en que pareciera que no hay futuro, que no hay esperanza... Pero en realidad, si miramos, de esos momentos críticos, después vienen momentos geniales, llenos de felicidad.
La clave es disfrutar también del nudo, comprender que justo ahí se están gestando cosas maravillosas. No obstante, al igual que las plantas hay unas que demoran muchos años en germinar, por ejemplo, en Japón hay un fruto del otoño llamado "Kaki" es ¡delicioso! Pero me cuentan que su semilla tarda unos ocho años en dar fruto. Ocho años parecen una eternidad! Pero hay agricultores que durante esos ocho años día a día riegan la planta, la abonan, la cuidan, porque saben que en cuanto comience a dar frutos, no va a detenerse y cada año podrán cosechar. Pero al igual que la vida, la cosecha de Kaki no ocurre cuando el agricultor quiera, ocurre sólo en tiempo de otoño, es decir, en el tiempo preciso. Por eso tenemos temporadas de cosecha de frutas. La verdad, es que los colombianos somos afortunados porque prácticamente durante el año entero tenemos a disposición las frutas y verduras que queramos... Pero en los países con estaciones no ocurre así. Tal vez las personas que viven en el norte y el sur del planeta han aprendido a ser más pacientes y a esperar el tiempo prudente, a diferencia de nosotros que estamos acostumbrados a tener cuanto deseemos, cuando deseemos. Tal vez por eso a veces desesperamos cuando no vemos resultados rápidos. Tal vez por eso muchas veces somos egoístas y desagradecidos. Pero "cada momento trae su afán " como suele decir mi mamá.

Antes de entrar a Shuyoka estaba en duda de si quedarme un año más viviendo en Tenri o si regresar a Colombia. De hecho lo consulté con algunas personas, pero la vida cambia en segundos y de no saber si sí o no, un día comencé a saber que debía regresar. Sin embargo, el tiempo de Shuyoka también fue prudente para PARAR, MIRAR y ELEGIR. También a nivel personal han ido ocurriendo diferentes cambios, en mi cuerpo, en mi salud, en mi corazón... Hoy gracias a cientos de cosas que me han ocurrido durante estos 90 y pico de días, he podido elegir vivir un nuevo compromiso, regresar a mi país, apoyar a otros con lo que he aprendido acá. Si será fácil o difícil no se me ha ocurrido pensarlo. Sólo se que cada vez tengo más y más lleno el corazón de amor, que cada día mi visión se afina mucho más, que muero de ganas de abrazar a mi hermana, a mis padres, a mi abuela, a mis familiares y amigos.
Que muero de ganas de volverme a comer una arepa caliente con mantequilla y quesito, unas tajadas de maduro y mazamorra de $200. Jajajajaja -se me hace agua la boca- 
Amo vivir en Japón, con toda seguridad regresaré, aún me quedan bastantes meses acá y los pienso disfrutar como si me fuera a morir al día siguiente. Pero el siguiente capítulo debe escribirse en Colombia antes de volver a volar.

Shuyoka es un curso increíble! las despedidas siempre son difíciles y separarse de las personas con quienes se compartieron tantísimas cosas durante un tiempo tan largo, es doloroso, pero saber que cada quien sigue sus vidas con una perspectiva nueva del mundo, es maravilloso. 

Gracias a todos por leer, por comentar, por compartir y sobre todo, por haber esperado. 
¡GRACIAS!

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